EL LIDERAZGO TÓXICO
Un liderazgo tóxico es aquel que reduce la energía positiva, la motivación y el compromiso y por otro lado infunde energía negativa al equipo como resentimiento o desconfianza. Estos son algunos de los comportamientos que indican que el liderazgo está siendo tóxico:
- Mayor énfasis en la búsqueda de culpables que en la búsqueda de soluciones.
- Desinterés por las ideas y aportaciones de los colaboradores.
- Poco contacto interpersonal, las conversaciones son generalmente transaccionales sobre el trabajo.
- Regañar públicamente a los colaboradores.
- Comparar y poner de ejemplo a unos colaboradores ante los otros.
- Dar mucha importancia a los chismes, a las críticas y conflictos entre colaboradores tomando partido y dividiendo al equipo.
- Indiferencia ante las necesidades y preocupaciones de los colaboradores.
- Amenazar a las personas con despedirlas para que mejoren su desempeño.
- No aceptar la corresponsabilidad en los resultados obtenidos.
- Tomar las ideas innovadoras presentadas por el personal y apropiarse de ellas ante los jefes.
- No dar reconocimiento o al darlo siempre agregar mensajes negativos sobre errores cometidos en el pasado.
- Vigilar y desconfiar como principio básico de la relación laboral, rodearse de cámaras y controles.
- Evitar ser específico sobre los resultados esperados e involucrarse poco en las tareas mientras se transmiten altas expectativas.
- No dar apoyo, ni promover espacios de interacción social y bienestar.
Sin duda mantener un liderazgo positivo requiere de un esfuerzo consciente y de retroalimentación de diferentes personas y niveles.
Por Javier Novoa